Para aprovechar a tope las vacaciones de Semana Santa no hace falta ver la Macarena pasearse por Sevilla. Tampoco tienes por qué comerte procesiones interminables o permanecer horas de pie entre la multitud. Ni siquiera necesitas quedarte sordo al paso de las bandas de cornetas y tambores. Este año, planea una escapada diferente a alguno de estos destinos sin ‘pasos’:
Es primavera, hace buen tiempo y tienes un fin de semana de cuatro días para desconectar. ¿Qué mejor sitio que los Picos de Europa para disfrutar de la naturaleza, el aire libre y el silencio? Si sumas al plan una ruta por los pueblos asturianos de la zona, tendrás unas vacaciones de Semana Santa dignas de ser posteadas en tu cuenta de Instagram.
2. Islas Cíes
¿Buscas paisajes caribeños sin salir de España, playas semivírgenes para tostarte al sol y rutas de senderismo para respirar aire puro? Escápate a las Islas Cíes: el paraíso gallego. Solo por las vistas y el ecosistema de este paraje digno de los dioses romanos, merece la pena pasar las vacaciones de Semana Santa lejos de marchas procesionales y nubes de incienso.
3. Tenerife
Más conocidas son las Islas Canarias, e igual de atractivas para una escapada ‘semanasantera’. En Tenerife tienes un sinfín de reclamos para olvidarte de las procesiones. ¿Quién se puede negar a pasar el finde comiendo papas ‘arrugás’, tomando el sol en las playas tinerfeñas e intentando tocar el cielo con los dedos en la cima del Teide?
4. Mallorca
¿Quieres más islas para perderte en Semana Santa? Piensa en los encantos de Mallorca. Empieza visitando la catedral de Palma, con su enorme rosetón. Luego acércate a escuchar música clásica a las cuevas del Drach, navegando un lago a más de 20 metros de profundidad. Para en Porreres para probar una sobrasada exquisita. ¡Y no te olvides de recorrer una ruta de senderismo por la Tramontana!
5. Tarifa
Más allá de las islas, el litoral peninsular tiene mucho que ofrecer. Un buen ejemplo es la Costa de la Luz, concretamente Tarifa, un destino perfecto para convertir tus vacaciones de Semana Santa en una apuesta por las actividades acuáticas. Las marchas procesionales pueden esperar, mientras dedícate a surfear en el Estrecho y a comer ‘pescaíto’ frito.