La primavera ya está aquí, y con ella llega la Semana Santa. No hace falta que el olor a incienso haga acto de presencia en las calles para que planees tu escapada. Empieza desde ya a visualizar tu fin de semana de cuatro días, unas vacaciones de proporciones bíblicas que te esperan a mitad de abril, con destinos y procesiones que te sorprenderán.
El Entierro de Genarín (León)
La Semana Santa leonesa no pierde su espíritu sacro, aunque en el Jueves Santo tenga lugar una procesión alternativa bastante profana. Es notorio el interés que despierta la cofradía fundada en honor a Genaro, un pellejero de León con fama de borracho que falleció el Jueves Santo de 1929. Es como si el Carnaval se hubiera alargado demasiado y se hubiera saltado la Cuaresma.
El Desfile de las Antorchas (Segovia)
Algo más serio es el desfile del Viernes Santo que reúne a los segovianos en torno a la iglesia templaria de la Vera Cruz. Sobrecoge contemplar a los caballeros de la Orden de Malta que esperan delante de este templo medieval la llegada de la comitiva de la procesión del Santo Entierro. Está formada por los habitantes de la vecina población de Zamarramala, que llegan portando antorchas.
La Cofradía de los “Armaos” (Almagro)
Los almagreños celebran la Semana Santa con un toque marcial, como en muchos puntos de la geografía española, pero con una particularidad. Mientras que en otras localidades son los miembros de las Fuerzas Armadas los que participan en diversas procesiones y eventos, en Almagro son los “armaos”. Conforman cofradías que emulan grupos armados de la Roma imperial y son famosos por sus danzas y desfiles.
La Danza de la Muerte (Verges)
Las caracterizaciones son bastante habituales en Semana Santa, pero no todas responden a la llamada de órdenes y ejércitos ancestrales. En Verges, se disfrazan de esqueletos que representan una alegoría sobre la fugacidad de la vida. Esta tradición de origen medieval está considerada una joya del patrimonio español. Está claro que es un evento único en el país, y solo bastan cinco personas danzando a golpe de tambor detrás de un grupo ataviado con capuchas, caretas y antorchas para impresionar. Igualito que en la Edad Media.
La Procesión de los “Picaos” (San Vicente de la Sonsierra)
Los “picaos” de San Vicente de la Sonsierra van más allá. Su desfile no se limita a rememorar la Pasión con atuendos tétricos: es todo real. Los cofrades de la Santa Veracruz se visten de blanco y se flagelan cientos de veces en plena calle. Al finalizar el itinerario, se pinchan la espalda doce veces por dos motivos: contar el número de apóstoles y descongestionar las heridas de la espalda. Sin duda, se trata de una procesión no apta para todos los públicos, aunque no haya ninguna igual en España.