¡Sibarita! Si quieres comer y beber como un rey, escápate a Euskadi. Son más de siete los apellidos vascos asociados a la cocina internacional de vanguardia, ¿por qué? Dale un repaso a la tradición gastronómica de la región y entenderás por qué el País Vasco es cuna de tantos cocineros famosos, desde Martín Berasategui hasta Eneko Atxa, pasando por Karlos Arguiñano.
¿Será por la materia prima? Puede, porque el queso Idiazabal no tiene comparación como base de algunos platos, e incluso como tapa, sin más acompañamiento que un vaso de vino. Se trata de un queso de oveja con personalidad, fuerte, de acidez considerable y curado al estilo pastoril. Una escapada al corazón de Euskadi por los valles guipuzcoanos te mostrará los secretos de este manjar con denominación de origen.
La oportunidad es única para practicar senderismo por los frondosos bosques del parque natural de Aralar, contemplando los paisajes de los valles de Goierri o Debi Goiena. Acaricia las ovejas que hacen posible este queso, visita las queserías donde tiene lugar el milagro, date una vuelta por los mercados tradicionales donde puedes catar las variedades de Idiazabal que hay en Euskadi y, de camino, prueba algún vino local para acompañarlo.
Hablando de vinos, en el sur de Álava se marida la comida con caldos de fama internacional. La comarca de la Rioja Alavesa da vida a vinos tintos de gran calidad, aunque sin hacerle sombra al txakoli alavés, un vino blanco que en la villa medieval de Laguardia tiene un sabor especial. ¿Será por sus auténticas bodegas subterráneas donde se elaboran caldos tradicionales artesanalmente?
El queso se puede acompañar igualmente por un pote de sidra. En Gipuzkoa encontrarás las mejores sidrerías de Euskadi, especialmente en Astigarraga. Está considerada como la capital de la sidra, puede que por albergar la mayor concentración de sidrerías de la provincia, pero el secreto es la comida: bacalao frito con pimientos, chuletón a la brasa y queso con membrillo. ¡Un menú de la órdiga!
Sigue abriendo boca en Donosti, tierra de pintxos. Los bares donostiarras son conocidos por la variedad de sus tapas tradicionales, todas en fila en unas barras imposibles de ignorar. Siéntate a la orilla del Cantábrico, frente a la isla de Santa Clara, y deja sin palabras a tus amigos con una ración de pastel de pescado, unas croquetas artesanales o cualquier especialidad guipuzcoana a base de anchoas.
Tortilla de bacalao, pintxos de anchoas, jurel a la brasa, sardinas asadas... En la costa vasca abunda el pescado, pero es el bonito el que da cuerpo (junto con la patata) a uno de los guisos costeros típicos del litoral vizcaíno: el marmitako. En la villa de Bermeo lo cocinan siguiendo los cánones de la cocina tradicional vasca, con ese toque que solo se consigue en un puerto pesquero ubicado en plena reserva natural, la de Urdaibai.
Más allá del pescado, en Euskadi adoran las habas y las alubias. Las encontrarás en montones de preparaciones tradicionales: putxera en Bilbao, habas con jamón en Vitoria, alubias con pimientos en Gernika, alubias con guindilla y morcilla en los montes vascos... ¡Menudos platos! ¿Quieres pedir el postre? También te quedarás a gusto: canutillos de crema en Bilbao, pastel ruso en el interior vizcaíno, tarta de almendras en Tolosa… ¡On egin!