La mezquita de Córdoba ha llegado a estar entre los lugares más preciados por los viajeros de todo el mundo, colocándose a la altura de monumentos arquitectónicos como Angkor Wat. No en vano, la Unesco la declaró Patrimonio Mundial a mediados de la década de los 80, quizá por la enorme cantidad de secretos y leyendas que esconden sus salas.
Una mezquita peculiar
De sobra es conocido que los elementos básicos de las mezquitas deben estar orientados a la Meca, pero el muro de la quibla de la mezquita cordobesa no lo está. En lugar de apuntar al corazón del mundo islámico, lo hace hacia el sur, señalando algún punto del Sahara. ¿Un error inconsciente, un secreto incomprensible? No se sabe exactamente, pero es una curiosidad que añade valor a este símbolo del islam español.
Una historia shakesperiana
El 'bosque de columnas' de la mezquita cordobesa es mundialmente conocido, pero esconde un secreto que suele pasar desapercibido. Entre decenas de fustes, una columna, conocida como 'la del cautivo', contiene una pequeña reja que protege lo que parece ser una cruz rasgada en la piedra. Cuenta la leyenda que la hizo con su propia uña un cristiano Enamorado de una joven árabe que fue atado a la susodicha columna.
Una estrella escondida
¿Tienes algún deseo que pedir y no encuentras una lámpara mágica? En la mezquita de Córdoba encontrarás un fósil incrustado en una de las paredes del recinto que los Cordobeses conocen como la estrella de los deseos. Si tu deseo no se cumple, al menos te divertirás buscándola. Una pista: pásate por la zona de la calle Torrijos, ya que dicen que se encuentra en una de sus esquinas.
En memoria de un buey
Otra curiosidad que suele pasar desapercibida es la del toro que preside el púlpito de la capilla mayor. Dicen que la imagen representa a un buey de enorme resistencia que, según cuenta la leyenda, transportó desde Cabra todo el mármol usado en la construcción del lugar y murió tras el titánico esfuerzo. También se dice que reventó tras traer todas las columnas de la mezquita, pero el caso es que no puedes dejar de pasar por delante de uno de los iconos más misteriosos del templo.
Una mezquita memorable
Solo por su mezquita, merece la pena escaparse el fin de semana a Córdoba. No solo porque esconde multitud de secretos y leyendas, sino porque estamos delante de la mezquita más grande de Occidente (la segunda del mundo, después de la mezquita de La Meca) y uno de los ejemplos más bellos y mejor conservados de la arquitectura musulmana en la península ibérica.