Hotel rural situado en un pueblo con mucho encanto. El hotel está decorado muy bonito, los empleados muy agradables, especialmente Raquel que es un cielo. La comida muy rica, en definitiva un lugar perfecto para descansar y desconectar. También hicimos tiro con arco con José, fue muy divertido y pasamos un buen rato, es un hombre muy campechano y agradable.