Hotel
Entre Saint-Rémy y Les Baux-de-Provence, este caserío provenzal, construido desde el más puro respeto por el siglo XIX, es un remanso de paz en el país de las cigarras. El molino, el palomar, la capilla y la piscina, antiguamente un lavadero, se combinan en perfecta armonía y confieren al lugar autenticidad y encanto. El conjunto se organiza en torno a un lugar donde, entre dos plataneros, destaca una fuente.
Las habitaciones, espaciosas, llenas de encanto y repletas de muebles procedentes de rastros y fotografías antiguas, están desperdigadas por este hotel-village.
Podréis saborear la cocina alegre del chef Sébastien Richard, que mezcla verduras y cocina provenzal, toda una exhibición de saber y composiciones originales en el restaurante o en la terraza.