Hotel
Le Moulin de Peychenval es una joya. Engarzada en árboles y frescor, con una fachada clara a la que dan vida sus postigos color azul cielo. En el interior, la decoración es refinada y pensada con tiento hasta el último detalle.
Brigitte puso a sus tres habitaciones los nombres de perfume "Vancleef", con armonías de gris y beige, "Eau des Merveilles", que se atreve con un estimulante rojo, y el más moderado "J'adore" en beige y verde. Las tres rivalizan en encanto, con sus polibanes —uno de los cuales oculto en un cesto de mimbre—, sus añejos azulejos, una cama con baldaquín y tiernos peluches y, por doquier y como recordándonos que la vida es bella y así debemos verla, las palabras "Amor" y "Felicidad" escritas en la pared, bordadas en cojines...
Y es que realmente reina aquí un ambiente refinado, iluminado por la sonrisa de Brigitte y el buen humor de Jean-Luc, los propietarios.