Hotel
Esta magnífica región de las Cevenas esconde en sus colinas una naturaleza salvaje y llena de sorpresas. Gracias a su microclima, ha visto crecer en su seno una vegetación poco común, como la plantación de bambús de Anduze. En el pequeño valle crecen castaños y almeces. Estos árboles han disfrutado siempre de una enorme popularidad al prestarse por su forma a la confección de horcas.
Cuando uno llega a La Vieille Maison queda seducido de entrada por la sencillez y el encanto discreto de este lugar sin tiempo definido. Entre piedras antiguas y arte contemporáneo, aúna con gusto la estética de ayer y hoy y desprende un encanto atemporal.
Una vez pasada una gran bóveda, se accede a un patio cubierto y se llega luego al jardín, con su cascada y su estanque, ideal para el ocio más absoluto.
Las noches de verano da gusto evadirse admirando desde la terraza de la azotea la increíble vista de las Cevenas. En invierno podréis instalaros en los dos salones, la biblioteca y el rincón de la chimenea.
La Vieille Maison eas asimismo un nido de artistas en el que podréis admirar obras de arte contemporáneo. El propietario, también un creador, organiza a menudo conciertos y exposiciones para todos los amantes del arte, ya sean aficionados o profesionales. Podréis, si os apetece, disponer del taller para intentar ser creativos.
Entrad en la Vieille Maison y dejaos atrapar por un universo en el que reinan la alegría de vivir, la creatividad, los placeres sencillos y un ambiente cordial.
El propietario se ofrece a venir a buscaros a la estación de tren o al aeropuerto de Nimes o de Montpellier por 20 € solamente para ida y vuelta.