Con el nuevo Carbon Hotel, nunca el oro negro ha hecho más gala de su nombre. Aquí en Genk, los diseñadores limburgueses han conseguido una mezcla de originalidad, lujo y diseño. Alojarse en este hotel es una experiencia en sí. Vuestra habitación es encantadora y sus altas ventanas ofrecen una magnífica vista del jardín de la azotea. El color de la iluminación cambia en función de vuestro humor. En el Carbon Gusto os propondrán innovadores platos regionales a la carta. Para relajaros, echad un trago en el bar de vinos y champán en un ambiente agradable o dirigíos al spa con piscina, sauns, baño turco, etc.