¿Ya no sabes qué hacer para combatir las olas de calor? Si te desanima el bochorno de las playas y la masificación de las piscinas, una cueva puede ser la solución: el fresquito lo tienes asegurado, además del relax y del entretenimiento. ¿Y sabes qué? En España hay un montón de cuevas; aquí tienes cinco para que vayas haciendo planes:
1. Cuevas del Drach (Mallorca)
Ya lo cantaban Los 3 Sudamericanos, Mallorca tiene de todo para disfrutar de unas vacaciones memorables. Tiene incluso cuevas milenarias como las del Drac, con lagos donde se dan paseos en barca y se celebran conciertos de música clásica. Ya sabes, si quieres navegar uno de los lagos subterráneos más grandes del planeta y regalarte el oído, pásate por el puerto de Porto Cristo.
2. Cuevas de San José (Castellón)
Las grutas de Vall de Uxó también rompen récords, en este caso, con el río subterráneo más extenso de toda Europa. Las cuevas de San José también pueden recorrerse en barca, pero sin música. Si lo que buscas es pasar una tarde navegando al fresquito y en silencio absoluto para desconectar del mundo exterior, ya sabes dónde escaparte este finde.
3. Cueva de las Maravillas (Huelva)
El nombre de esta gruta onubense hace justicia a la cantidad de lagunas y la variedad de formaciones que alberga su interior. Además de las típicas estalagmitas y estalactitas, es fácil encontrar en el camino gours, pisolitos, cortinas, columnas o coladas. ¿Te encantan los paisajes kársticos? Pues no querrás salir de la gruta de las Maravillas, ¡y eso que es de ruta circular!
4. Cuevas del Toll (Barcelona)
¿Qué pasa, que no hay cuevas sin formaciones kársticas? Pues sí, y una de las más importantes está en Moià. La ausencia de filtraciones ha dado lugar a unas cuevas bastante ‘lisas’, pero eso no significa que tengan menos atractivo. De hecho, sus muestras de fauna cuaternaria son de las más importantes de las cuevas europeas.
5. Cueva de Altamira (Cantabria)
Hablando de cuevas españolas, no podía faltar la de Altamira. La réplica visitable es igual de impresionante, educativa y, lo más importante, ¡fresquita! ¿Se te ocurre un plan mejor para llevarte a los peques de escapada? Que aprendan sobre el arte paleolítico en un ambiente relajado no tiene precio, sobre todo si luego puedes pasarte por Santillana del Mar para probar un chuletón de Tudanca.