La Rioja es sinónimo de enología, gastronomía, cultura y naturaleza. Lo tiene todo para un fin de semana completo: copitas de vino con denominación de origen, platos exquisitos de cuchara, monasterios centenarios y frondosos bosques para desconectar practicando senderismo.
Ruta del vino exprés
La Rioja cuenta con decenas de bodegas y viñedos, además de algún que otro museo dedicado al vino. Para hacerte una idea de esta riqueza enológica, comienza el finde paseando por la calle Laurel, en Logroño.
El ambiente y la decoración enganchan, con esos barriles a modo de mesa tan pintorescos. Bueno… ¡y por sus pinchos!
Comer en la Rioja
Ir de pinchos y vinos por el centro de Logroño es una buena forma de calentar motores, pero no te olvides de los platos típicos. Recetas de peso pueblan los menús riojanos, especialidades imprescindibles para aguantar todo el fin de semana.
Y si no, te das una vuelta por Haro, muy cerquita de Logroño, antes de seguir tu viaje por La Rioja y pruebas unas zapatillas de jamón y queso o unos torreznos de los bares de La Herradura.
La Rioja y sus castillos
Por sus caldos de calidad y sus platos recios es conocida La Rioja, pero la región esconde muchos más tesoros. Algunos los encontrarás a tu paso en forma de castillos, herencia medieval con nombre propio, como San Vicente de la Sonsierra.
Su conjunto arquitectónico (con castillo, templo y puente incluido) es de los más icónicos de la Alta Rioja, y no es para menos. Merece la pena detenerse un rato para capturar la panorámica desde el cerro, con los viñedos de fondo.
Un día de relax en La Rioja
Para rematar un finde en La Rioja, nada como perderse en los parajes naturales riojanos, como el de los Cameros. Ahí encuentras tu momento de relax sí o sí; con esos pueblos con encanto, esos senderos de trashumancia, esas cascadas y esas vistas de la sierra de la Cebollera.