Sin duda, el queso es uno de los principales reclamos de la región manchega, pero no es el único. Castilla-La Mancha es mucho más, con unos parajes rurales ideales no solo para desconectar del mundanal ruido, sino para ponerse en forma.
En tierras manchegas, lo mejor es que, además de poder disfrutar de multitud de caminos para hacer senderismo, tienes rutas gastronómicas para recargar las pilas.
Todo esto por no hablar de las rutas culturales, algunas genuinas, como la dedicada al Quijote o a Almodóvar. Si respirar aire puro, comer bien y culturizarse no te basta, incluye en la escapada paisajes adornados con plantaciones de lavanda, estructuras medievales, castillos centenarios y pequeños pueblos levantados a base de pizarra negra y madera. ¿Quién dijo que en La Mancha solo hay queso?