Tienen la categoría de “palacios” centenarios y se asemejan a pequeñas fortalezas que se complementan con el verdor de los paisajes gallegos: son los pazos. Galicia esconde innumerables muestras de estos sucedáneos de castillos, ideales para alojarse o, simplemente, para realizar una ruta cultural por tierras gallegas.
Pazo de Lourizán
Si te escapas a Pontevedra, pásate por este pazo para formar parte de la historia de España. En su interior se firmó el Tratado de París; pero, si la historia no te interesa demasiado, siempre puedes dar un paseo romántico por sus jardines o contemplar su fachada señorial con ese estilo entre clásico y modernista.
Pazo de Sistallo
Este pazo lucense está emparentado con la catedral compostelana. El manifiesto estilo barroco de su fachada es obra de uno de los arquitectos del Obradoiro que, también, se encargó de levantar el pazo de Sistallo. Los exteriores se complementan a la perfección con el edificio, aportando un aire entre rústico y señorial.
Pazo de Quiñones de León
En Vigo encontrarás este pazo imponente, flanqueado por dos torres firmes que dicen mucho de la naturaleza defensiva de estos edificios. Su toque urbano esconde un aire renacentista típico de las construcciones castellanas. Lo mejor del pazo es que alberga un museo con una muestra de pintura gallega que no te puedes perder.
Pazo de Vilamarín
También cuenta con un museo en su interior y conserva a la perfección su estética defensiva (¡tiene incluso un patio de armas!). Si quieres descubrir parte de la obra de Quessada y hartarte de ver torres defensivas hechas de granito, esta suerte de castillo medieval se convertirá en tu pazo preferido.
Pazo de Almuzara
En Galicia puedes encontrar más de un pazo “histórico”, pero ninguno donde haya dormido Alfonso XIII; o eso dice la leyenda. En cualquier caso, la historia está presente en este pazo de jardines kilométricos, al menos a través de la colección de obras de arte que pueblan el interior del edificio.
Pazo de Baión
Albariño y pazo son dos palabras que conforman una combinación fantástica para una escapada, sobre todo si la experiencia gira en torno a este espectacular edificio sito en Vilanova de Arousa. El de Baión es un pazo que, además de enamorar con su fachada, lo hace con el vino que se cría en sus bodegas.
Pazo de Trave
Es el turno de los pazos centenarios, de esos que tienen más de 500 años, que se levantaron muy cerquita del mar y que sirvieron de hogar a familias gallegas de clase alta. Añade una ubicación boscosa en Viveiro, unos jardines frondosos y una decoración tradicional, y tienes un pazo digno de la nobleza.
Pazo de Vista Alegre
Vilagarcía de Arousa ofrece al visitante un pazo más moderno, totalmente restaurado y destinado a celebraciones de todo tipo. El de Vista Alegre es, sin duda, un pazo ideal si quieres darte un homenaje digno de un marqués o celebrar tu boda por todo lo alto.
Pazo de la Merced
La piedra es el alma de este pazo levantado a pocos metros de las aguas de la ría del Ferrol. Más que una modesta estructura defensiva, se trata de una auténtica mansión con cinco siglos de historia y unas vistas increíbles. Lo mejor: sentarse en su jardín para contemplar la puesta de sol.
Pazo de Xan Xordo
Hablando de pazos gallegos, los de Santiago de Compostela no podían faltar, mucho menos si se trata del pazo de Xan Xordo. ¿Cómo pasarlo por alto con sus más de 60 000 kilómetros cuadrados de pura naturaleza para desconectar? Y a un paso de Santiago, lo que lo hace perfecto para una escapada a la capital compostelana.