Bruselas es la capital por excelencia, no solo porque es el corazón de Bélgica y de toda la Unión Europea, sino porque puedes disfrutar de la mayoría de sus atracciones turísticas en una escapada relámpago. Su modesto tamaño es ideal para aprovechar el fin de semana y desconectar de la rutina en una ciudad cosmopolita con una larga lista de lugares interesantes.
La Grand Place
Dicen que es una de las plazas más hermosas de toda la UE. Si buscas un espacio abierto rodeado de edificios góticos y barrocos para fundir la cámara del móvil o tomarte una cerveza tradicional tranquilamente, la Grand Place es tu sitio. Imprescindible: un selfie
frente a la fachada del ayuntamiento, un edificio imponente con más de cinco siglos de historia.
El Atomium
Muy cerca de la Grand Place encontrarás el verdadero icono de la ciudad. Dicen que visitar la capital belga sin pasar por el Atomium es como viajar a París y no ir a la Torre Eiffel. En cualquier caso, la visita es obligada, aunque sea para disfrutar de las vistas de Bruselas desde esta gigantesca molécula de metal levantada con motivo de la exposición universal de 1958.
El Manneken Pis
En torno a la Grand Place y al Atomium encontrarás muchos más símbolos de la capital europea, como el Manneken Pis, ese niño pequeño que no para de hacer pis en la fuente. Si tienes suerte, podrás pillarlo vestido con algún traje regional, la equipación de un equipo fútbol conocido o algún mono de trabajo.
El Mini-Europe
Otra atracción bruselense que no te puedes perder es este parque temático junto al Atomium, con los principales iconos de las ciudades más importantes de la Unión Europea. Más de 300 maquetas a escala te esperan en un recinto repleto de auténticas joyas arquitectónicas en miniatura de toda Europa, como el Big Ben, la Torre Eiffel, la Puerta de Brandenburgo o la Maestranza de Sevilla.
El Planetarium
Después de visitar los edificios más emblemáticos de Europa en apenas un par de horas, no hay nada como dejarse llevar por la belleza del firmamento en uno de los planetarios más grandes de la Unión Europea. Si te gusta la astronomía, el Planetarium te fascinará con sus proyecciones panorámicas, sus exposiciones y sus programaciones para todos los públicos a precios realmente asequibles.
La Basílica
Hablando del cielo, es hora de visitar templos. Aunque la capital europea cuenta con una catedral gótica digna de admirar, la basílica del Sagrado Corazón es de obligada visita si te interesa la arquitectura religiosa del siglo XX o, simplemente, si quieres quedarte con la boca abierta ante una de las iglesias más grandes del mundo o contemplar una panorámica única de Bruselas desde su mirador.
El Palacio de Justicia
Si la visita a la Basílica te deja con ganas de una ruta de edificios descomunales, puedes seguir caminando y dirigirte al Palacio de Justicia, considerado la construcción más grande
del planeta a finales del siglo XIX y principios del XX, gracias a sus seis kilómetros cuadrados de superficie. Por si fuera poco, su ubicación, justo en la plaza Polaert te ofrece unas vistas igual de bellas que las de la Basílica.
Zonas verdes y majestuosas
Para finalizar la visita, lo mejor que puedes hacer es relajarte paseando por las zonas señoriales del centro, como el frondoso parque del palacio real o el parque del Cincuentenario, con sus elementos arquitectónicos majestuosos, incluyendo un arco del triunfo muy parecido a la famosa Puerta de Brandenburgo y una buena lista de museos ideales para darle un toque cultural al viaje.