La Costa Blanca está repleta de rinconcitos donde tomar el sol y tirarse al agua cristalina del Mediterraneo: ¡descubre con nosotros sus 10 playas más impresionantes!
El Pinet
El litoral alicantino está repleto de rincones paradisíacos, pero si quieres relajarte entre salinas y dunas a la orilla de una playa virgen, tienes que pasarte por El Pinet. Su ubicación es perfecta, no solo por su proximidad con el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola, sino por la cantidad de rutas disponibles para practicar senderismo en un entorno que fusiona naturaleza y patrimonio.
Tabarca
En El Pinet, el selfie de calidad está asegurado, aunque, para petarlo en Instagram con fotos bonitas, lo suyo es subirse a un barco en Santa Pola y poner rumbo a Tabarca. La isla entera merece la pena, pero las capturas más bellas las conseguirás en la playa homónima gracias a sus aguas transparentes, su arena a base de cantos rodados y sus vistas al mar.
Uno de los puntos fuertes de la Costa Blanca reside en sus calas, como la del Mallorquí. Se trata de un rincón de Calpe donde la flora mediterránea te acompaña desde el acceso y el peñón de Ifach te saluda desde el horizonte. Si quieres disfrutar de una playa pequeña, íntima y acogedora, el Mallorquí es tu cala.
Hacerse un selfie con el peñón de Ifach de fondo es sinónimo de cientos de likes en Instagram, pero bucear a los pies de esta mole no tiene precio, sobre todo si lo haces en una cala natural como la del Penyal. Naturaleza pura, aguas cristalinas, tranquilidad y belleza mediterránea en apenas cien metros de playa... ¿Se puede pedir más?
Si prefieres echar el día en una cala algo más cercana a la civilización, El Torres, en la desembocadura del río homónimo, es una buena opción. Famosa por su arbolado de eucaliptos y pinos, la cala más bella de Villajoyosa mezcla a la perfección el encanto de las calas naturales de la Costa Blanca sin aislarte del mundo.
La Barraca
En la Barraca, encontrarás una cala modesta de aguas transparentes, pero con un atractivo difícilmente superable. Por un lado, tienes la isla de Portixol justo enfrente, invitándote a sacar la cámara de fotos. Pero este islote alicantino, conocido por su riqueza medioambiental, no es el único reclamo de la Barraca. Los acantilados de Cabo Negro, imponentes y nutridos de vegetación, completan la panorámica.
Testos
Sin duda, los acantilados y los peñones forman parte del encanto de la Costa Blanca, y en Testos sabrás por qué enamoran tanto. El Morro Falquí, gobernando la playa, te dará una pista, además de dejarte sin espacio en el móvil... ¡y es que no podrás parar de hacer fotos!
Moraig
La Falla del Moraig da nombre a este trocito de costa alicantina, una cala en pleno macizo de Puig Llorença que enamora por sus acantilados y sus aguas turquesas, ideales para darse un chapuzón matutino. Aunque lo mejor que puedes hacer en la cala de Moraig es bucear con una buena cámara acuática, especialmente en la sobrecogedora cueva de los Arcos.
El Mediterráneo se viste de sol y pinares en este rinconcito de Benissa y se engalana con acantilados. No impresionan tanto como los de otras playas de la Costa Blanca, pero son lo bastante altos como para protegerte del levante. Lo mejor de la cala, y prácticamente de toda la bahía de Besetes, es la claridad del agua.
Llomes de Reixes
¿Quieres bucear, practicar naturismo, hacer senderismo, descansar a la sombra de un acantilado, descubrir torres centenarias y disfrutar de un paisaje espectacular en un mismo día? En El Campello puedes, sobre todo si pones el GPS dirección a este punto del mapa alicantino; una zona donde, además, puedes compartir la experiencia con tu mascota en la vecina cala del Barranc d'Aigües.